Podemos obtener la victoria delante de nuestro enemigo, mediante la sangre de nuestro Señor Jesucristo; por su sacrificio fuimos justos y esa justificación mediante él somos asignados vencedores; teniendo la esperanza de tener cielos y tierras nuevas, él nos salvó y venció por nosotros dándolo todo porque nos ama, lo único que tenemos que hacer es recibirlo para ser un vencedor.
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